Muy buenos lunes, queridos lectores.
Si algo ha sido característico de este blog durante las últimas 27 entradas (es decir, todas) es que nos hemos centrado en una cosa: Los virus son malos. Puede que a alguien le sorprenda, pero esto es así. No quieren ser malos, pobrecillos, pero es su naturaleza.
Este pequeño asesino porta su cuchara para devorar las entrañas de sus rivales... |
Pero si los virus son malos, hay un ser vivo que es aún más malo que un virus. Seguramente lo hayáis adivinado por el título de la entrada, pero estamos hablando de los hombres (las mujeres son más malas todavía...). El Homo Sapiens Sapiens.
No os asustéis, no vamos a ponernos a filosofar sobre la maldad de la condición humana, la abocación al mal y el homo homini lupus clásico de toda la vida. No, nosotros somos científicos, y basamos nuestra experiencia en evidencia. Así que os voy a poner un ejemplo.
Hoy, vamos a ver el curioso caso de EV IL-4.
Situémonos, que es bastante fácil. Nos encontramos en Australia, tierra de las amenazas sin nombre, del calor sofocante, de incontables seres increíbles que la naturaleza negó al resto del mundo. Australia, ese sitio donde el más mono de los animales tiene garras venenosas y las pitones campan a sus anchas devorando cocodrilos de 12 metros. Esa misma Australia tenía un problema: los ratones.
Hace aproximadamente 14 años, los ratones eran una plaga importante en Australia (agriculturalmente), ya que no eran autóctonos de allí, y constituían una plaga importante. Así que se buscó como reducir el número de dichos ratones.
Ian Ramshaw |
Dos científicos, personas normales donde las haya, llamados Ian Ramshaw y Ron Jackson, estaban buscando una manera de modificar el virus Ectromelia para dejar estériles a los ratones. El virus Ectromelia es un Orthopoxvirus, de la familia de los Poxviridae.
Después de varios intentos de modificar dicho virus para conseguir su objetivo (que atacase a las gónadas de los ratones), decidieron incorporar a dicho virus la citokina IL-4, a modo de bajar un poco la respuesta inmune hacia el virus, haciéndolo más efectivo.
Y vaya si lo consiguieron. En este enlace os dejo el paper original, publicado en 2001, donde se detallan los efectos de EV IL-4 en ratones vacunados contra EV y no vacunados. Para resumir, EV IL-4 inhibe varias facetas de la respuesta inmune, como producción de NK y CTL, y la supresión total de la respuesta inmune adaptativa. Esto hacía que el virus se replicase descontroladamente, y matase a todos los ratones por igual.
A todos los ratones.
Y, por si fuera poco, el nombre del virus es "EVIL", así, en mayúsculas. Por si no daba suficiente mal rollo, encima se llama así. Toda una señal...
Ectromelia o Mousepox |
Esto, obviamente, desató el debate del llamado "uso dual de las investigaciones" en el cual se argumenta que estudios como este pueden servir de recetas para bioterroristas a la hora de crear armas de destrucción. Hay gente que argumenta que ciertas investigaciones no se deberían publicar precisamente por su peligrosidad. Nosotros no nos vamos a meter donde no nos llaman, pero por si acaso os dejo una entrevista que les hicieron a Jackson y Ramshaw en 2010, donde expresan su opinión respecto a dicho debate.
Simplemente, todo esto surgió por el virus que habían modificado, el de la viruela de ratones, primo cercano de nuestra viruela, que aunque no afecte a humanos, se parece un montón.
Con todo esto, si nos ponemos lo suficientemente cínicos, la mayoría de las investigaciones científicas pueden tergiversarse lo suficiente como para argumentar su uso nocivo, desde esto, hasta la reciente síntesis artificial de un cromosoma de levadura. Es un debate bonito, que seguirá persistiendo por mucho tiempo.
Opinad en los comentarios, lectores. Así sabremos cuántos de vosotros prefieren investigar con tormentas de fondo y cerebros en jarras, y cuántos son personas normales.
Hasta la próxima!!
PD: Un agradecimiento a Patricia Pérez, que fue la que encontró la noticia sobre esto. Vaya un descubrimiento.