lunes, 30 de junio de 2014

El Enemigo Entre Nosotros

Buenos días, queridos lectores

Como suele pasar al final de todos los Domingos, hoy es Lunes. Lo que significa que, los que tengan trabajo, estarán odiando a los parados porque los segundos duermen, mientras que los parados odiarán a los trabajadores por su falta de trabajo. 

Esto de las paradojas humanas es lo que tiene. 

Pero basta de filosofear baratamente, y vayamos al meollo del asunto. No sé si lo sabréis (seguro que no) pero últimamente uno de los escritores de este blog ha conseguido trabajo de monitor en un campamento, lo que le ha hecho darse cuenta de una serie de cosas: 

1. La gente no le tiene miedo a los virus.
2. Este blog está desactualizado. 

Sobre el punto número dos vamos a hacer una entrada bastante pronto, pero el punto número uno es muy preocupante

La gente no le tiene miedo a los virus por una simple razón: ¿Cuánto hace de la última gran pandemia? Y no me mencionéis el VIH, que os veo venir. Con toda la seriedad que conlleva el asunto, hace por lo menos 10 años que la gente no se muere de SIDA como se moría antes. Ahora ya sólo es una campaña de concienciación en los institutos. Un coco antiguo al que no se le hace caso. El resto de los virus, como la gripe, el sarampión, un resfriado, etc. están controlados y no suponen una amenaza, por lo que la gente se olvida de ellos. 

Y esto ha desencadenado un gran problema en nuestra sociedad: El planteamiento de la efectividad de las vacunas, y su uso. Es decir, los movimientos anti-vacunas
Que sí, que sí, pero me he llevado medio
millón limpio de impuestos...

En este blog hemos postpuesto comentar este tema por una razón básica: nuestro planteamiento está claramente a favor de una opinión, la racional y el sentido común. La que se defiende con estadística, hechos y verdades. Sí, somos pro-vacunas. Es bastante obvio. 

Pero como todo hay que comentarlo, y este es un blog, ante todo, de divulgación, os vamos a ofrecer una visión de lo que puede pasar (y pasa) con los movimientos anti-vacunas. No vamos a hablar de repuntes de Polio en países africanos, o de los que sufren religiones budistas o naturópatas por no vacunarse

Nos vamos a la civilización, concretamente a la casa de la Reina Madre, el país de los tés y el fish and chips, de los Beatles y de los Rolling Stones. Nos movemos a Inglaterra

Como se dice antes de los chistes, paradme si ya os lo sabéis. Aún así, un esfuerzo divulgativo no estaría mal, para que la gente recuerde y no caiga en el mismo error. Hagamos todos un pequeño esfuerzo y evitemos otra situación como esta. 

Todo empezó en Febrero de 1998, hace 16 años, en una sala de conferencias. El señor Andrew Wakefield (et al) defendía en una rueda de prensa haber encontrado una relación entre infecciones gastrointestinales y el autismo. El paper es este, y luego fue retirado por la revista médica "The Lancet". Lo que no sabe la gente es que este paper no causó nada de controversia. Ni una miaja. Y mira que lo publicaron en primera plana y todo los periódicos. Pero no caló. 

No fue hasta 2001, que el señor Wakefield publicó una review-basura, y otro artículo con "nuevos datos", cuando se desató la locura. Y aún así, la culpa no la tiene Wakefield. Cierto es que sus publicaciones no ayudaron a nada, y que como científico deja mucho que desear, pero él no tuvo la culpa. Hizo lo que le pagaron para hacer (porque se demostró que había recibido ingentes cantidades de dinerito fresco para falsificar los datos. En concreto más de medio millón de Libras, unos 625.000 € al cambio de hoy según Wall Street)

Cuatro meses de investigación antivacunas y al
pobre señor se le quedó esta cara...
La culpa la tuvieron los periodistas y las celebridades. Esa gente que constantemente, día a día, no para de hablar sobre temas que desconoce por completo. Es más la mayoría de artículos sobre este caso que se escribieron entre 2001 y 2004, fueron escritos por personas que profesionalmente no se dedicaban a la ciencia. 
Existe además el caso de Jenny McCarthy, una señora famosa con un hijo autista (que no lo es) que es ferviente defensora de los movimientos anti-vacunas. 

Pero como en toda historia con malos y buenos, siempre existe una persona dispuesta a redimir a su colectivo. En este caso, dicha persona es Brian Deer. Este señor se dedicó, durante cuatro meses, a investigar cosillas sobre Wakefield, a la luz de los numerosos estudios científicos que decían que mentía descaradamente. Y encontró pruebas para sacar un artículo que obligó a The Lancet a retractarse del apoyo a Wakefield. Una bonita cronología sobre su investigación la podéis encontrar aquí. Aun así, hoy en día sigue habiendo gente que defiende a Wakefield y sus estudios, como estos antivacunas.

Y por último, me vuelvo a la actualidad, y me cambio de país. Ahora me voy a los USA, donde este año el CDC se ha visto obligado a advertir, en un comunicado de su Morbility and Mortality Weekly Report, de un repunte de sarampión de 288 en 5 meses, el dato más alto desde 1994 (aquí)

Además, y ya con esto termino, os cuento el caso de una iglesia, en Texas, cuyos miembros abogaban por no vacunarse de sarampión, haciendo caso de Wakefield. Pero después de que 21 miembros de la iglesia contrajeran el virus, empezaron a organizar campañas pro-vacunas e instar a sus miembros a vacunarse. La noticia, aquí y aquí.

Esto último demuestra que la esperanza no se ha perdido, que la gente puede ver la luz. Aunque primero tengan que pillar el sarampión. 

Esperemos que no tenga que pasar algo grave para que se den cuenta de su error, y no lo paguemos los demás

Hasta la próxima, lectores



domingo, 15 de junio de 2014

Hasta los Virus me Dan Hambre

Bueno bueno bueno... Parece que lo de ir volviendo a escribir entradas iba en serio eh...

Nos volvemos a encontrar, queridos lectores, y esta vez sin tener que esperar un mes. Qué puedo decir, si no que os echaba un poco de menos. 

Pero dejémonos de dulces sensiblerías, porque de dulces (más o menos) hemos venido a hablaros hoy. Veréis, hay una sociedad en este mundo que se dedica profesionalmente a buscar excusas para su comportamiento. Dicha sociedad se ha visto con un grave problema, la obesidad. No la obesidad de "ay mi niño que regordete está" mientras le coges los mofletes, si no la obesidad de no saber si vestirse con un abrigo o un paracaídas

Oiga, pero es que tengo un virus eh...
Frente a este problema encontraron dos soluciones. La primera era fácil, sencilla y económica. Cuidar la dieta, ir andando a trabajar, hacer deporte, comer sano, etc. Seguro que más de un infeliz fue a trabajar a pie en Nueva York a las 8 a.m. después de desayunar un bol de muesli con yogur natural y se encontró que en su tupper no había más que verde, con ramas y tomates. Todos hemos visto esa película y se llama American Psycho (y el que no la haya visto, que la piratee que la compre, que es un peliculón).

Atentados por dicha solución, decidieron recurrir a la segunda: Invertir millones y millones (y millones) de euros para descubrir qué hacía que la gente estuviese gorda, aparte de comer como cerdos. Y como tienen un montón de tiempo libre y un montón de dinero, fíjate tu por dónde, la encontraron

Y sí, el (probable) causante de la obesidad humana es un virus, el adenovirus 36. Esto lo lleva defendiendo un señor llamado Richard Atkinson, CEO de Obetech, una empresa que trata la obesidad. Pero se ha vuelto a poner de moda porque unos científicos checos han publicado un estudio que apoya dicha teoría. 

Los científicos y su precariedad laboral...
No se puede ni comprar un peluquín decente.
Dicho Adenovirus, de los que creo recordar no hemos hablado en este blog (veis, tantas cosas de las que hablar) se descubrieron en una niña en 1978, que padecía diabetes. Desde entonces, se ha determinado que infectan a células grasas, aumentando su tamaño y su capacidad de replicación. Es decir, te infecta, y te hace más gordo. 
Hasta el punto que, según el estudio de los checos, los niños obesos infectados por este virus eran más obesos que los niños obesos sin infectar. Alucinante. 

Investigando un poco más por google scholar, he encontrado que hay bastantes estudios sobre esto (aquí y otro), y que es un tema bastante interesante, por muy a excusa que pueda llegar a sonar... Además, parece ser que los Adenovirus 37 y 38 también pueden tener algo que ver en todo este asunto. 

Y hasta aquí llegamos con la entrada de hoy, lectores. Parece mentira que llevemos ya dos desde que volvimos de la Larga Siesta, pero vamos recuperando el ritmo. 

¡Nos vemos la semana que viene!

Postdata: la noticia está sacada de un notiweb pasado. Estamos poniéndonos al día, no nos lo reprochéis.

sábado, 14 de junio de 2014

Todas las Cosas Buenas...

Como bien decía el título final de Star Trek, la Nueva Generación, "All Good Things... Come To an End", que para el que no sepa inglés, significa que todas las cosas buenas, antes o después, se acaban. Es triste, pero es cierto. 
Si os paráis a pensarlo, es la vida, es el día a día, y pasa con todo, desde las cosas grandes a las cosas pequeñas. Se acaba el cocido del plato, el helado del palo y el ciclo de la Selección Española de fútbol. Se acaba la financiación del laboratorio, las clases de la Universidad y la cerveza de la litrona. 

Todo se acaba. Así que, con todo el pesar de mi corazón, sólo os puedo decir una cosa...


... ¡Volvemos a escribir entradas!

¿Acaso pensábais que íbamos a dejar que esto muriese así, de repente? ¿Con la de cosas interesantes que ocurren en el mundo de los virus? No, lectores míos, nosotros somos como Michael Jordan, nos retiramos a jugar al béisbol para darnos cuenta que se nos da mucho mejor el baloncesto (la ciencia en este caso). 

Que esto del golf está muy bien... pero yo me vuelvo
a escribir entradas al blog
Y hablando de cosas interesantes, vamos a empezar esta nueva entrada (en casi un mes) con algo light, fácil de leer y, ante todo, antiguo. Que tenemos un montón de cosas atrasadas. 

En el segundo comunicado triste de hoy, he de deciros que hace un mes y algo se descubrió que los pingüinos tienen gripe. Gripe aviar. Lo divertido es que la gente de las noticias se sorprendió de que los pingüinos, un tipo de pájaro, tuviese gripe aviar. Aviar, de pájaros. 

Y mientras os quitáis de la cabeza la graciosa imagen de un pingüino estornudando, os voy a decir porqué es interesante descubrir que unos bichos que viven en la Antártida, rodeados de hielo, donde no vive prácticamente ningñun ser humano. Porque este virus, el virus de la gripe H11N2 difiere un montón de sus hermanos de otros continentes.

Según el artículo original, que lo podéis leer en este enlace, el virus detectado en los pingüinos tiene sólo dos segmentos (de ocho) en común con otros virus de la gripe. Si recordáis entradas pasadas, los virus de la gripe pueden recombinarse entre sí mendiante un proceso conocido como Genetic Shift o Cambio Genético, en el cual intercambian sus genes entre sí, dando un nuevo virus de la gripe. 
 
No estornudes ahora... no estornudes ahora...
Pues bien, que este virus de gripe A tenga seis segmentos que no coinciden con ninguna otra gripe aviar en el resto del mundo demuestra dos cosas: que la Antártida está más aislada de lo que muchos creen (incluso para las aves migratorias) y que el virus se ha quedado "evolucionando" en los pingüinos durante un montón de años. El virus queda aislado dentro de la misma zona y deja de intercambiarse con otras especies. Mientras el resto de virus del mundo tiene un montón de aves y diferentes receptores (caballos, murciélagos, humanos...) en la Antártida tiene pingüinos y ya, que nosotros sepamos. 

Pero, si el virus ha estado un montón de años dando vueltas por los mismos pingüinos... ¿Cómo es que no lo hemos detectado hasta ahora? Fácil, porque en invierno hace un frío que te cagas mucho frío en la Antártida. Esto quiere decir que las infecciones de H11N2 se producen en verano, cuando el hielo se descongela y el virus vuelve a quedar libre. Además, en el artículo postulan que otros animales que residen por allí pueden ejercer de reservorios, como pueden ser delfines o ballenas. Pero eso nunca nadie se lo había planteado...

A mí, personalmente, me gusta más la hipótesis del virus guardado en el hielo, porque da mucho más juego a lo del calentamiento global.

Así que, resumiendo, en el artículo de la gripe aviar en pingüinos, nos encontramos varias cosas interesantes: El esquema migratorio de la gripe es mucho más grande y complejo del que nos esperábamos; puede haber más animales infectables por gripe de lo que creíamos (como ballenas o focas); y es posible que los virus se puedan conservar congelados en el hielo. 

Con esto acabo, lectores míos, esta entrada de vuelta y vuelta que estabais leyendo. Ya sabéis, todas las cosas buenas se acaban. Las demás, simplemente, se echan siestas muy, muy largas

Hasta la próxima, lectores! Os prometo que actualizaremos cada semana, al menos una vez.

Postdata: Lo que yo no sabía, y me he enterado leyendo el artículo, es que los pingüinos, en verano, acumulan tal cantidad de heces que se puede ver desde el espacio. Vaya unos guarros...